jueves, 5 de julio de 2007

Manifiesto de Superioridad

Alegría, euforia y gente. Todos disciernen en todas direcciones, al fin ven terminar una etapa de su vida que jamás verán regresar; en medio de trombones calientes y flautas calentonas, se disponen a festejar de la manera más estúpida, superficial y denigrante que existe en el planeta.

Caras van y caras vienen, pero ellos las tendrán en mente por el resto de sus días. Su integridad se basa en las experiencias que compartieron durante algunos años, sus respiros se sienten al fin libres por poder respirar fuera de este ambiente, su mierda y pestilencia al fin se va de este lugar donde su mediocridad infecta poco a poco los deseos de superación y liderazgo de los más aptos.

Es aquí donde la teoría Darwinista de la evolución falla, donde todo postulado es estúpidamente corrompido por las excepciones a la regla: Un festejo no para la gloria, sino para la mediocridad y la decadencia del género. Después de años de trabajo y largas angustias en una universidad que poca (y muy mala) reputación tiene, todavía se dignan a festejar gritando por las calles, tomando en vía pública y lanzando premisas al aire como “a huevo! No que no salía!” simplemente patrañas.

Son cosas así las que me impiden identificarme con un ente que debe ser majestuoso, porque aquí la gloría es echada a un lado y la mediocridad va directo a un pedestal. Un modo de vida errático y sin sentido.

Todos ellos se quejan de que los tachan de “nacos” pero ninguno se esmera en dar la apariencia contraria, un día donde “todos son iguales”, donde todos son “compañeros”; el día más hipócrita de sus vidas…

Algún día probablemente estaré en su lugar, espero que falte mucho aunque en realidad el tiempo ya está contado. Mis principios, mi gloria y mi fé me impedirán rozarme con gente de esta calaña: perdedores y escoria de la sociedad, que si durante cinco años dieron lo mejor de ellos para lograr un fin, hoy día se denigran a tal punto que no merecen la calidad de universitarios.

Y en medio de todo, la persona que más odio se encuentra feliz, y la odio más aún por eso, porque sé que cuando yo me vaya no seré para nada como ellos, porque esto es tan patético que me da ganas de suicidarme. El contacto de esa índole con “gentuza” de ese tipo es simplemente inaceptable.

Puedo vivir sin cualquier clase de estímulo, pero hay estímulos que me impiden vivir… el simple hecho de pensar que compañeros y contemporáneos se rebajaran a tal nivel me da ganas de vomitar. Más aún si me imagino a la gente más estúpida ladrando y blasfemando infinidad de veces lo “chidos” y “grandes” que son… La máscara de la mediocridad se encuentra presente en todos lados e impregna el aire, es simplemente lastimoso… ojala nunca, nunca, nunca sea como ellos.

3 años faltan… la diferencia es que yo, al contrario de ellos tendré un trabajo bien pagado y mi futuro resuelto, mientras que algunos de ellos se revolcarán durante meses en su propia suciedad por conseguir un trabajo mal remunerado y lastimoso… Ellos tienen la culpa, no yo.

Porque todo estaba escrito desde el principio y yo estaba destinado a ser mejor de ellos, hoy me son indiferentes y siempre lo serán, se pueden dibujar entre mierdas, pero yo no estaré ahí, porque yo…., yo soy mejor que ellos.


PD. Si lo ke escribo no tiene sentido es porke nada en este mundo lo tiene...

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