miércoles, 25 de junio de 2008

Una pierna.

Una pierna, luego la otra, se kedan kietas, se kedan mudas. Volteo y platiko con el cielo, le grito a las calles y le susurro a las paredes. Ya regresó. Regresó y no supe cuando fue. No supe porke lo hizo. Me sigo preguntando mil cosas. Ya llevaba algunos meses sin tenerla. Esa sensación de soledad está explotando de nuevo. Ella está ahí, pero no lo está. Aún sigo sin entender ke es lo ke significa eso. Me sigo confundiendo a mi mismo.

Una pierna, luego la otra, se kedan kietas, se ponen a gritar. Gritan sin sentido. No gritan nada. Gritan todo. Y poco a poco, los gritos se van expandiendo por todo mi cuerpo... llegaron a mi garganta y se exteriorizan derepente.

Una pierna, luego la otra, sigo caminando. Reacciono y estoy gritano en público. De nuevo, me callo. Guardo de nuevo toda la potencia de mi voz. Lo reprimo.

Una pierna, la otra ya no avanza. Comienzo a esperar de nuevo para explotar la próxima vez.

Una pierna.

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