Y es que en cada viaje siempre hay un detalle que jamás te olvidarás. Nunca de los nuncas. Momentos felices, tristes, estúpidos, divertidos, borracheras, mujeres, amigos, borracheras, aventuras y borracheras.
Recuerdo por ejemplo en un viaje en 2003 a Canadá las batallas de nieve y un detalle a una chica el 14 de febrero. En 2006 en Toronto recuerdo haber amarrado a un amigo con sábanas y haberlo tirado al pasillo del hotel. También recuerdo a un chinito de 3 años volviéndose loco en el aeropuerto y la comida tamaño "Texas".
Hace tres meses recuerdo haber conocido gente muy simpática del norte del país en una playa bella. Recuerdo también una caminata en la playa y una llamada a un amigo escuchando las olas y mi nostalgia en Mazatlán.
Hace mes y medio en Manzanillo recuerdo muchas cosas, una gran borrachera, pero sobre todo recuerdo el gran viaje en carretera. Lo más divertido.
Y me puedo seguir. Hay gente memorable que está en mi memoria gracias a los viajes. Gente que he visto en mi vida una vez, pero que hicieron de la travesía algo simplemente inolvidable.
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