Acá en el centro casi todo sigue igual. Mucho frío como siempre. Obras electoreras por todos lados y un gobernador que se sueña presidente. Cada día sentimos menos dolor al recordarte. Papá va recuperando el ánimo poco a poco.
Allá en el golfo también casi todo sigue igual. Llueve mucho y todo está verde. Hace un calor digno del infierno y los Ramírez planean en abrir otro negocio. Allá te siguen recordando más que aquí.
No quiero que te ofendas, pero debo decirte que sólo te lloraremos lo que mereces. Debo decir también que hemos llorado ya bastante y aún falta más.
Te puedes ir tranquila. Criaste a bien a tu hijo y ahora es un buen hombre. También criaste a tu hija bien y ahora ella es una buena mujer. Tu nieta sigue creciendo. Muy rápido. Tu yerno te extraña mucho. Ellos intentan cuidarnos. Nosotros también intentamos cuidarlos a ellos.
No voy a decirte de todo lo que me acuerdo que viví contigo. Mucho menos de lo que los demás vivieron contigo. Eso tú ya lo sabes. Sólo quiero que sepas que te extrañamos mucho y que ya nos haces bastante falta. Que le harás mucha falta a los niños en la escuela y que el Cabezón, Annie y Napo no han parado de ladrar desde que te fuiste. Lencho se comportó muy bien y no dijo groserías en medio de la gente estos tres días. Los demás hicimos lo mismo.
Te nos fuiste un martes nublado y fresco. Justo como te gustaban los días.
3 comentarios:
La muerte. Es fuerte, ¿no? Cada quien vive su duelo de diferente manera como ya leíste tu en mi entrada... Qué bueno que le escribes a ella... Qué bueno que sabes que está contigo, estará y le llorarás lo que merezca. Quizá las lágrimas no desaparezcan por meses, pero el recuerdo de pronto llegue a tu mente de nuevo y se te resbalen unas cuantas. No importa. Lo peor sería que fueras de piedra y no es así.
¡Me gusta cómo escribes!
¡Un beso!
buen post, animo...
Animo Carlos! t mando un abrazo
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