A pesar de lo que la gente cree de mí, y más aún de todas las patrañas que blasfemo, soy un hombre de principios; de palabra escrita en piedra. Mi palabra y mi pluma no tienen precio. Me hacen libre y sobre todo quien soy.
Creo firmemente en el amor. En todo lo que conlleva.
Creo en que la palabra de un hombre vale más que un documento firmado.
Creo en mi palabra.
Creo en que me puedo retirar como caballero sin dejar de ser un hombre.
Creo en que puedo perder con dignidad.
Definitivamente NO creo en segundas oportunidades.
Creo que puedo reinventarme siempre. Empezar de nuevo sin huir.
Creo que me puedo enamorar de quien sea. Creo también que no puedo amar a cualquiera.
Creo en la lealtad de los amigos. Demasiado.
Creo en que cuando hay competencia entre dos hombres por una mujer, me debo retirar por simple caballerosidad; al fin y al cabo... si ella me kería a mi, me escogerá.
Yo creo... Aún soy ingenuo...
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