Hoy tardé cerca de cuatro horas en decidirme a salir de la cama. Estuve un rato más en pijama. Para ser honesto no tenía ganas de levantarme. Entre la desvelada, lo rico de mi cama y un par de programas en la tv, no me animaba a dejar ese lugar tan cálido.
Este día no hace frío. Al menos no tanto como el resto de la semana. Es el primer día que puedo estar sin ropa térmica. En realidad me preocupa que venga muy fuerte este invierno. De por si tiendo a deprimirme, y luego con más frío y el corazón roto, pues nadamás será insoportable diciembre.
Mi voz está ronca hoy. O como me gusta decir, "tengo voz de hombre de la radio". Hacía mucho tiempo que no cantaba tan fuerte y con tanto sentimiento como anoche. Canciones en inglés que reflejan mi estado de ánimo se convirtieron en himnos al amor.
Pero todo lo que he escrito no refleja lo que en realidad quería expresar. Deben saber que anoche vestí una sonrisa impresionante. De esas que maravillan, que hacen enamorar. Me mostré feliz. Y por primera vez en mucho tiempo, hice eso y no lo sentía. Mi mente y mi corazón estaban en otro lado, con otra persona. La extrañé tanto que preferí cantar y bailar para no pensar en ella. No lo logré. Pasó todo lo contrario.
Y no pienso decir más. Ya hice notar que la extraño, que la quiero y que quisiera que estuviera aquí conmigo.
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