domingo, 17 de febrero de 2013

La llamada...

Empecé a lidiar con los monstruos que hay en mi cabeza. Y el primero con el que peleé fue el más grande. Usualmente hago estupideces. Pensé que esta iba a ser una.

-¿Bueno?
- Sí, buenas noches, disculpe, ¿me podría comunicar con su hija por favor?
- ¿Quién le llama?
- Carlos.
-¿Qué Carlos?
- Carlos. Carlos Chávez. Señora, por favor, es imposible que no sepa quien habla. Anduve con su hija casi tres años ¿y me sale con eso? Estoy hablando de una plataforma petrolera en medio del golfo de México. No tengo mucho tiempo para hablar, así que de nuevo le pido de favor que me la comunique.
- Un segundo.

Se escuchan pasos que se alejan en una casa sin gran ruido. Luego la voz de la madre dice Te llaman. Otra voz de mujer pregunta  ¿Quién es?. Y la señora responde de nuevo: Tu exnovio, Carlos. Se escuchan de nuevo pasos que vienen al teléfono y comienza otro diálogo.

-Bueno.
-Hola, disculpa que llame así, después de tanto sin saber uno del otro. No te voy a quitar mucho tiempo, sólo te quiero hacer una pregunta. ¿No hay problema?
-No, dale.
-Mira, yo sé que me has superado desde hace un buen tiempo. Sé que eres feliz y que seguiste adelante con tu vida. Yo he intentado lo mismo con la mía. Me ha ido bien, pero aún así hay cosas que me atormentan, cosas que necesito saber. Que nunca quedaron claras. A lo que voy es, ¿fue real? ¿lo que tuvimos fue real? Necesito saber que fue eso. Si fue amor. Que lo que yo sentí, tú lo sentiste también. Que no aluciné todo lo que pasamos y sentimos. ¿Fue real? Dime con toda honestidad, ¿fue real?

Un silencio se acomodó perfecto entre las dos líneas. Fueron 10 segundos, pero se sintieron como una eternidad. Entonces ella contestó. Segura como siempre. Sin dudar nada.

-Sí Carlos. Fue real. Lo que tú sentiste, lo sentí yo también. Hasta el último día que estuvimos juntos te amé con todas mis fuerzas y di lo mejor de mí en esa relación.

Ahora el silencio de un par de segundos fue mío y terminé súbitamente la conversación.

-Gracias. Era todo lo que necesitaba saber. Disculpa la molestia que te ocasioné. Que te vaya bien. Te deseo lo mejor. Adiós.

Colgué el teléfono y sentí que me habían quitado el peso del mundo de mis hombros. Pude respirar fácilmente. Decidí comenzar a enfrentar todos mis problemas esa noche. Sí, ahí, solo, sentado en medio del Golfo de México.

Historia real.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

q me pase algo similar... y preguntar si fue real.. y si eso me da la paz q necesito, espero por lo pronto soportar el tiempo q faltan para superarlo..

Natalia dijo...

Pobre bebé, todo solito. Se siente gacho. Al menos sí te contestó y fue amable y eso te hizo sentir menos solo.

Escribes muy bonito, besos.

PD: Quita eso de tener que poner capchas para escribir un comentario, es muy molesto >:(