domingo, 19 de enero de 2014

El nómada...

Despertar tras varias horas de sueño, mientras aún está oscuro, y no saber con certeza dónde te encuentras es común entre los viajeros frecuentes.

Pensar estar en casa y girar a la derecha para pisar con las pantuflas y en realidar golpear con una pared. Ver una litera hacia arriba en vez del techo. Abrir la puerta y encontrar un pasillo largo en vez de la puerta a tu baño privado.

De la recámara privada en el altiplano a un hotel en la costa del Golfo. De una casa de huéspedes en una isla a una litera en medio de la desolación del mar. De un asiento de autobús que cruza la sierra a la cama con tu pareja.

Es imposible no confundirse cuando se duerme en seis lugares diferentes cada 28 días.

Uno escogió este tipo de vida.

No hay manera de quejarse.

Carlos.


Saciamorbos: A veces el universo también conspira para evitar que haga cosas estúpidas.

No hay comentarios.: